ORANDO EN CADENA

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31.10.10

ORACIONES PARA LOS OBSESADOS

(Para ser pronunciada por el
obseso). Dios de justicia, permitid a los buenos
Espíritus que me libren del Espíritu malhechor que se
ha unido a mí. Si es una venganza que ejerce por
injusticias que le habré hecho en otro tiempo, vos lo
permitís, Dios de bondad, para mi castigo y sufro la
consecuencia de mi falta. ¡Qué mi arrepentimiento
merezca vuestro perdón y mi liberación! Pero
cualquiera que sea el motivo que tenga, solicito
vuestra misericordia para él. Dignaos facilitarle el
camino del progreso, que le desviará del pensamiento
de hacer el mal. Que por mi parte, volviéndole bien
por mal, pueda conducirle a mejores sentimientos.
Mas yo sé también, ¡oh Dios mío!, que mis
imperfecciones son las que me hacen accesible a las
influencias de los Espíritus imperfectos. Dadme la luz
necesaria para reconocerlas y, sobre todo, combatid
en mí el orgullo que me ciega para que no vea mis
defectos.
¡Cuán grande debe ser mi indignidad, puesto
que un ser malhechor puede enseñorearse de mí!
Haced, ¡oh Dios!, que este revés para mi vanidad
me sirva de lección para el futuro; que él me fortalezca
en la resolución que tomo de purificarme por la práctica
del bien, de la caridad y de la humildad, con el fin de
oponer de hoy en adelante una barrera a las malas
influencias.
Señor, dadme fuerza para soportar esta prueba
con paciencia y resignación; comprendo que, como
todas las otras pruebas, debe ella ayudar a mi
adelantamiento si no pierdo su utilidad con mi
murmuración, puesto que me proporciona la ocasión
de manifestar mi sumisión y de ejercer la caridad hacia
un hermano infeliz, perdonándole el mal que me hizo.


(Para el obseso). Dios
Todopoderoso, dignaos darme el poder para liberar a
N... del Espíritu que le obsesa; si entra en vuestros
designios poner término a esta prueba, concededme la
gracia de hablarle con autoridad.
Buenos Espíritus que me asistís, y vos, su ángel
de la guarda, prestadme vuestro auxilio y ayudadme a
desembarazarle del fluido impuro que le envuelve.
En nombre de Dios Todopoderoso, conjuro al
Espíritu malhechor que le atormenta a que se retire.


(Para el Espíritu obsesor) Dios
infinitamente bueno, imploro vuestra misericordia para
el Espíritu que obsesa a N... hacedle entrever las divinas
claridades, a fin de que él vea el falso camino en que
está empeñado. Buenos Espíritus, ayudadme a hacerle
comprender que tiene todo para perder haciendo el mal
y todo para ganar haciendo el bien.
Espíritu que os complacéis en atormentar a N...,
escuchadme porque os hablo en nombre de Dios.
Si quisiereis reflexionar, comprenderéis que el
mal no puede imponerse al bien, y que no podéis ser
más fuerte que Dios y los buenos Espíritus.
Ellos podrían haber preservado a N... de toda
persecución por vuestra parte; si no lo han hecho es
porque él (o ella) debía sufrir esta prueba. Pero cuando
esta prueba se concluya, os quitarán toda acción sobre
él; el mal que le habéis hecho, en lugar de perjudicarle,
servirá para su adelantamiento y con ello será más feliz;
así vuestra maldad habrá sido una pura pérdida para
vos y revertirá sobre vos mismo.
Dios, que es todopoderoso y los Espíritus
superiores sus delegados, que son más poderosos que
vos, podrán, pues, poner término a esta obsesión
cuando quieran y vuestra tenacidad se estrellará contra
esa suprema autoridad. Mas, por el hecho mismo de
que Dios es bueno, quiere dejaros el mérito de que
ceséis por vuestra propia voluntad. Es una moratoria
que se os concede; si no os aprovecháis de ella sufriréis
sus deplorables consecuencias; grandes castigos y
crueles sufrimientos os esperan; os veréis forzado a
implorar su piedad y las oraciones de vuestra víctima,
que ya os perdona y ora por vos, lo que es un gran
mérito a los ojos de Dios y apresurará su liberación.
Reflexionad, pues, mientras hay tiempo aún,
porque la Justicia de Dios caerá sobre vos, como sobre
todos los Espíritus rebeldes. Pensad que el mal que
hacéis en este momento tendrá forzosamente un
término, mientras que si os obstináis en vuestro
endurecimiento, vuestro sufrimientos aumentarán sin
cesar.
Cuándo estabais en la Tierra, ¿no os hubiera
parecido estúpido el sacrificar un gran bien por una
pequeña satisfacción del momento? Lo mismo sucede
ahora que sois Espíritu. ¿Qué ganáis con lo que hacéis?
El triste placer de atormentar a alguno, lo que no os
impide ser infeliz y cualquier cosa que podáis decir, os
hará más infeliz aún.
Al lado de eso, ved lo que perdéis; mirad a los
buenos Espíritus que os rodean y ved si su suerte no
es preferible a la vuestra. Participaréis de la felicidad
que ellos gozan cuando lo queráis. ¿Qué es necesario
para eso? Implorar a Dios y hacer el bien, en lugar de
hacer el mal. Yo sé que no podéis transformaros de
repente; pero Dios no pide nada imposible; lo que
quiere es la buena voluntad. Probadlo, pues, y os
ayudaremos. Haced que muy pronto podamos decir
por vos la oración de los Espíritus arrepentidos,
y no tengamos que colocaros más entre los
Espíritus malos, hasta que podáis estar entre los
buenos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias por las oraciones.

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